Un joven de 21 años, Alejandro P. y dos chicas menores de edad, de 12 y 14 años, han muerto este lunes atrapados por el fuego en el interior de una cueva de la zona de La Molineta de Almería, en un incendio que según los primeros indicios pudo ser provocado por un grupo de menores, entre ellos uno de 17 años que ha sido detenido, aunque otros cuatro también son investigados.
Las investigaciones apuntan a que, al filo de las ocho de la tarde, este joven habría prendido fuego a un sofá y obstaculizado la entrada de la cueva con chapas metálicas para impedir que los chicos que se encontraban en el interior pudieran escapar, aunque posteriormente intentó apagarlo. En poco tiempo, la cueva, horadada en una zona de roca caliza, se convirtió en un horno que provocó la muerte de los tres, cuyos cuerpos fueron rescatados calcinados por los bomberos de la capital. En el interior de la caverna, de unos tres metros de profundidad, también había muebles y una cama, que pudieron ayudar a que las llamas se extendieran.
Alejandro, un chaval muy conocido en el barrio de Los Ángeles, había acudido con su novia y una amiga de ésta a pasar un rato en la cueva, como suelen hacer grupos de jóvenes de esta zona norte de Almería, situada muy cerca de la salida a la Autovía del Mediterráneo. Se trata de un monte rocoso y cubierto de vegetación de difícil acceso, utilizado por los jóvenes para beber litronas de cerveza, hacer botellón o fumar porros con tranquilidad, aunque para acceder al lugar durante la noche tengan que utilizar las linternas de sus móviles, puesto que se encuentra a más de 500 metros de las primeras casas del barrio.
Los allegados de las víctimas y vecinos no se explican qué pudo llevar a los supuestos autores del fuego a cometer su acción, puesto que, como han explicado a EL MUNDO algunos amigos de Alejandro, no se conocía entre ellos una enemistad grave. «Como mucho, puede que tuvieran algún pique o rencillas«, dice Ángel, uno de «los mejores amigos de Álex», quien, según apunta, era de origen indio, estaba en paro y era muy aficionado al rap. Eso sí, tanto Ángel como Antonia, otra amiga de Alex, dicen que el grupo de menores que están siendo investigados son muy conflictivos y conocidos en el barrio porque «están metidos en todo tipo de líos», dice Antonia. También señalan que las dos chicas fallecidas estudiaban en institutos del barrio, uno de ellos, el Argal, situado muy cerca de la cueva. Antonia, visiblemente emocionada, está segura de que «Álex murió intentando proteger a las dos chicas», puesto que los cuerpos fueron encontrados unidos. «Era fuerte, y no me explico cómo es posible que no pudiera reaccionar contra los otros, que son mucho más débiles y unos críos a su lado», decía la mañana de este martes ante la cueva, a donde se han dirigido un gran número de vecinos y curiosos, además de la agentes de la Policía, para continuar sus investigaciones.
Algunos testigos afirman que cuando llegaron las emergencias del 061 aún se escuchaban las voces de las víctimas desde dentro, pero no tardaron en silenciarse. Para los bomberos fue imposible entrar en la cueva debido a las altísimas temperaturas y a las enormes llamas «de unos tres o cuatro metros» que salían de la cavidad, según cuentan las mismas fuentes.
Fuentes de la investigación informan de que los tres cuerpos fueron encontrados completamente calcinados, agazapados los unos contra los otros. Aún se desconocen las causas de la muerte, pero se cree que murieron asfixiados por la enorme cantidad de humo provocada por la quema de la gran cantidad de desperdicios amontonados en la cueva.
Tras el incendio, y mientras los cuerpos eran rescatados, familiares de las víctimas se congregaron en una pequeña explanada junto a la cueva. Algunos no dudaron en señalar al ahora detenido como el autor de los hechos, e incluso aseguraron que «no era la primera vez» que hacía algo similar. El detenido fue visto corriendo, escapando del lugar, junto a otros cuatro o cinco menores, por un vecino que había sacado a pasear a su perro, por lo que fue arrestado poco después. Los vecinos del barrio comentaban esta mañana que esta cueva ha sido incendiada en el pasado en varias ocasiones, sobre todo cuando era habitada por un hombre de nacionalidad rumana, que tuvo que abandonarla precisamente por esto. De ahí a que en su interior aún hubiese algunos muebles que él había llevado.
FUENTE: EL MUNDO