FUENTE: RTVE.es
“Ella entró en un territorio nuevo, sin referentes. Siempre se habla de la profesionalidad de la reina doña Sofía, pero estamos hablando de una mujer que nace hija de rey, esposa y madre de rey, educada para aguantar y mantenerse impecable y para ocultar, incluso, su corporeidad, sus emociones. Letizia está educada para contar las noticias, para interpretar la realidad”, por eso, dice Luz Sánchez-Mellado, columnista de ‘El País’, su llegada a Zarzuela supuso “un terremoto, para ella supongo que un tsusami personal y, para el público en general, un OVNI. Una mujer divorciada, profesional, ambiciosa en el mejor sentido de la palabra, entrada en un ambiente del que solo conocíamos el discurso de Navidad del rey Juan Carlos, su onomástica y los besamanos”.
El reportaje ‘La Reina cumple 50‘ es un recorrido biográfico e institucional de una mujer que se ha convertido en figura clave de la Corona española, por ejemplo, a la hora de transmitir una imagen de país como ocurrió en junio pasado durante la cumbre de la OTAN en la capital.
Han pasado casi 20 años desde que la noche del 31 de octubre de 2003 la presentadora del Telediario de la noche se despidió con un “Buenas noches” para, al día siguiente, abrir los informativos como prometida del Príncipe de Asturias. El 1 de noviembre de aquel año, se anunció oficialmente su compromiso.
Tenaz e inquieta desde sus años tempranos, doña Letizia ha logrado imprimir a la Jefatura del Estado otro carácter. Quienes la conocen más de cerca y quienes la han seguido y analizado durante estas dos décadas coinciden en su profesionalidad a lo largo de una carrera que ha sido de fondo y en el que no han faltado los obstáculos.
Sagrario Ruiz de Apodaca, compañera de mesa en TVE y la periodista que durante cinco años cubrió la actualidad de la Casa Real con los Príncipes de Asturias, cree que “ha estado a la altura” y que “no se le puede encontrar un pero, más allá de aquel famoso episodio en la catedral de Palma con la Reina Sofía. Fue un fallo, un error. Pero, por lo demás, no se le encuentra un pero”.
