Una tranquila tarde de domingo en la ciudad de Alzira se tornó de repente en una de las más sombrías que recuerda la capital de la Ribera Alta. Desgraciadamente, había vivido en años anteriores episodios de gran violencia, pero nunca con la crueldad de lo ocurrido en una vivienda del número 12 de la calle Pare Castells.
Un joven de 28 años, Mihail D., presuntamente degolló a su única hija, de apenas dos años. Los hechos se produjeron minutos antes de las cinco de la tarde. En el seno del matrimonio, formado por este hombre y su esposa Victorita, ambos de nacionalidad rumana, la relación no era nada buena. Incluso estaba sobre la mesa la opción de una separación, como señalaron algunos familiares próximos. En anteriores discusiones, según allegados de la pareja, él ya la había amenazado con hacer daño a la pequeña.
FUENTE: Las Provincias